La función principal de un árbitro es hacer que los combates se lleven a cabo con la menor cantidad posibles de interferencias, y su responsabilidad fundamental es cuidar la integridad física de los/as deportistas.
En cada combate, el cuerpo arbitral está compuesto por dos jueces y un árbitro.
El árbitro dirige y puntúa el combate desde el interior del tapiz, levantando la mano del color del luchador que hace la acción técnica e indicando el puntaje (derecha azul, izquierda rojo), dirigiéndose directamente a los luchadores es quien inicia y termina el combate, sancionando las salidas del tapiz, pasividades en el combate y el toque, esto con previa autorización del juez de tapiz. El juez árbitro, desde el exterior del tapiz, colocado frente al jefe de tapiz, observan la acción y emiten una puntuación, mostrando la puntuación de acuerdo con la acción independientemente del árbitro.
El controlador del torneo (desde la mesa principal), coordina las decisiones del árbitro y el juez con respecto a las puntuaciones, anotando las puntuaciones y validando el resultado final. El combate se inicia cuando el juez de tapiz y el árbitro así lo señalan, deteniéndolo y reiniciándolo cuando el árbitro lo indica, se señala en el marcador la puntuación técnica y según qué disciplina se podrá pedir la visualización de una técnica polémica (VAR) para dirimir el controlador la decisión final.
En todas nuestras modalidades se usa el mismo sistema de arbitraje (dos jueces y un árbitro en el tapiz) pero con sus diferentes reglas según cada modalidad:
Luchas Olímpicas, Grappling, Grappling Gi, Sambo, Combat Sambo y MMA.
